Anemia y sus efectos sobre el rendimiento
Para entender la importancia de este problema hay que conocer las funciones de los componentes de la sangre
LA SANGRE
Es un fluido viscoso de color rojo.
En la sangre hay una parte líquida denominada plasma y otra sólida constituida por células.
El plasma sanguíneo
Es en su mayoría agua en la que, además de azucares, grasas y proteínas procedentes de los alimentos, hay disueltas hormonas, enzimas, vitaminas y minerales. Su adecuada composición se mantiene gracias a una correcta alimentación e hidratación y a un buen funcionamiento de los órganos internos.
Los elementos formes
Valores de hematocrito normales:
40-45% en el hombre.
Los glóbulos rojos o hematíes
Su principal función consiste en llevar oxígeno desde los pulmones a todas las células del cuerpo. Ese oxígeno va unido a una sustancia del interior del glóbulo rojo llamada hemoglobina. Para que se forme la hemoglobina es indispensable la presencia de hierro por lo que se debe procurar que las reservas del mismo (ferritina) estén normales.
Valores normales:
Glóbulos rojos:
4,4-6 millones el hombre.
12-16 gr./dl. la mujer.
14-18 gr./dl. el hombre.
Ferritina:
8-300 nanogr./ml. la mujer.
18-440 nanogr./ el hombre.
Los glóbulos blancos o leucocitos
Además de originarse en la médula ósea lo hacen en los ganglios linfáticos, timo y bazo. Su principal función es defensiva y la mayoría de las veces son capaces de luchar y vencer a las bacterias, virus, hongos, cuerpos extraños, etc. responsables de las infecciones.Las plaquetas o trombocitos
Permiten que en caso de lesión vascular y de hemorragia la sangre se coagule, se cierre el vaso lesionado y pare la hemorragia.
Una práctica moderada de ejercicio físico no supone ninguna alteración perjudicial de los componentes de la sangre y de sus funciones. Es más, de observarse alguna variación suele ser en sentido positivo.
Sin embargo, los esfuerzos exigidos por la alta competición pueden provocar modificaciones no saludables y por supuesto incompatibles con un buen resultado deportivo.
LA ANEMIA
Sin hemoglobina suficiente a la que ir asociada, el oxígeno no podrá ser transportado en cantidad suficiente y los músculos verán reducida su capacidad de esfuerzo.
La fatiga causada por la anemia probablemente resultará en una reducción del rendimiento durante el entrenamiento con sobrecargas tanto en atletas profesionales como en atletas recreacionales.
Síntomas
El primero va a ser la disminución progresiva en el rendimiento deportivo, con dificultad para tolerar cargas intensas de trabajo o necesidad de mayores tiempos de descanso entre ellas. Si no se trata, irán apareciendo una sensación de cansancio general, el aumento de la frecuencia cardiaca en reposo y al esfuerzo, una disminución de la tensión arterial, palpitaciones, mareos e incluso soplos cardiacos.
- Falta de aliento, particularmente durante el ejercicio.
- Frecuencia caedíaca excesivamente alta, particularmente durante el ejercicio.
- Reducción del rendimiento durante la realización de ejercicios/actividades físicas.
- Cansancio, fatiga, debilidad.
- Piel pálida, reducción de la coloración de los labios, encías, párpados, uñas y palmas de las manos.
- Dolor de cabeza.
- Inflamación de la lengua.
- Mareos.
- Desmayos.
- Dolor en el pecho (angina).
- Sensación de frío.
- Pérdida de apetito.
- Menstruación anormal (ausencia de períodos o excesivo sangrado).
- Problemas de concentración.
La falsa anemia del deportista
Es un mecanismo de defensa orientado a que la sangre circule con menos dificultades por el interior de los vasos.
Por él se explica que en términos generales los deportistas de fondo presentan hematocritos más bajos que la población general.
Su conocimiento es importante ya que de otra manera puede engañar a quien intente valorar el resultado de un análisis de sangre sin tener en cuenta los hábitos deportivos de la persona.
La verdadera anemia del deportista
Este hecho sirve para orientar al médico y diferenciar entre la verdadera y la falsa anemia, en la que los glóbulos rojos son normales.
Si el nivel de ferritina está bajo la situación se complica un poco más y la recuperación tras el tratamiento será algo más tardía.
Además de las causas generales de aparición, en el deportista las anemias se pueden producir por:
* Dificultad en su absorción. Los atletas tienen acelerado el tránsito de los alimentos por los intestinos y una sustancia como el hierro, de difícil absorción, podría ser eliminada en buena parte por las heces.
* Aumento de las pérdidas por el aparato digestivo. En las pruebas de larga duración, los atletas pueden llegar a sufrir micro hemorragias intestinales porque el bajo riego sanguíneo de esta zona (la sangre está en los músculos) provoca pequeñas lesiones por necrosis (muerte por falta de oxígeno de las células de la mucosa intestinal).
* Aumento de las pérdidas de hierro a través del sudor.
* Rotura de hematíes. En algunas especialidades deportivas como la maratón o la pelota a mano, los impactos del pie o la mano contra el suelo o la pelota determinan que se rompan glóbulos rojos que pueden llegar a colorear la orina.
Sabiendo que todos los deportistas de fondo y sobre todo las mujeres en edad fértil tienen más riesgo de padecer anemias que la población general, es evidente la necesidad de realizar análisis de sangre según criterio del médico, quien fijará la frecuencia de los mismos en función de las características personales de cada persona.
TRATAMIENTO
La dieta
Debemos compensar las pérdidas y dificultades de absorción debidas al deporte con un aumento de la cantidad de hierro a ingerir en la dieta y con el debido cuidado para evitar interacciones entre alimentos que alteren su captación en el intestino.
(hierro hemático con una alta absorción).
Berberechos
Caracoles
Hígado
Yema de huevo
Carne de caballo
Riñones
Ostras
Mejillones
Foigras
Jamón serrano
Carne en general
Pescado
Leche-lácteos
ORIGEN VEGETAL
(hierro no hemático con una baja absorción)
Lentejas
Garbanzos
Alubias
Guisantes
Espinacas
Coco
frutos secos
Frutas secas
Acelgas
Cereales integrales
Olivas
Verduras
Frutas
La biodisponibilidad
Es importante tener en cuenta la biodisponibilidad o facilidad con la que puede captarse el hierro de los alimentos. A este respecto hay que decir que la biodisponibilidad de los alimentos de origen animal es mayor que la de los vegetales.
La absorción del hierro
- El hierro de los alimentos se absorbe mejor:
- Si el estado de los depósitos de reserva (ferritina) es bajo.
- Si su ingesta se acompaña de vitamina C (naranjas, limón, pomelos, kiwi).
- Si se obtiene o acompaña de las proteínas de la carne o el pescado.
- Si la acidez gástrica es mayor (en ayunas).
Algunos alimentos, sobre todo los de origen vegetal, ricos en fitatos, oxalatos, taninos o fosfatos reaccionan con el hierro formando compuestos insolubles que no pueden atravesar la barrera intestinal. Así, por ejemplo, se recomienda separar la toma de hierro de la ingesta de cereales, vegetales con fibra, café o té.
Los medicamentos
La vía parenteral (intramuscular o intravenosa) es peligrosa y solo debe emplearse cuando es imprescindible la rápida recuperación de las reservas de hierro.
El hierro tomado sin control puede ocasionar serios problemas de salud ya que a las alteraciones digestivas que ocasionalmente provoca es preciso añadir el riesgo de que se acumule en ciertos órganos dando lugar a importantes enfermedades.
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