¡Esta rutina te ayudará a quemar grasa!
¿ESTÁS DISPUEST@ A INTENTARLO?
El alta taza de obesidad y sedentarismo de la población, a sumado al aumento de las patologías asociadas a éste estilo de vida, nos han llevado a buscar nuevas estrategias de entrenamiento físico que potencien la movilización, captación y utilización de grasas y glucosa.
El ejercicio de predominio aeróbico es un estímulo potente para mejorar la capacidad cardiovascular y prevenir la obesidad junto a sus enfermedades relacionadas, tales como hipertensión arterial, diabetes mellitus y dislipidemia.
¡No necesitas de muchas horas para lograrlo y tampoco se trata de marte de hambre!
¡Con tan solo 30 a 60 minutos que le dediques por lo menos 3 a 5 días a la semana a una intensidad media-baja, podrás logarlo!
AYUNO INTERMITENTE Y EJERCICIO
La realización de ejercicio en estado de ayuno intermitente (Desde el punto de vista fisiológico, el ayuno intermitente se define como la situación metabólica que se circunscribe a la mañana posterior a una noche (12 -14 horas sin comer) es una práctica que a mostrado mejores resultados en la captación y utilización de grasas y glucosa, por parte de nuestro organismo, los beneficios hacia la salud que nos aporta el ayuno intermitente, van más allá de la quema de grasa y de la reducción de peso.
En 2016, el científico japonés Yoshinori Ohsumi ganó el premio Nobel de Medicina por sus trabajos sobre la autofagia, mecanismo natural de regeneración que ocurre en el organismo a nivel celular, que reduce la probabilidad de contraer ciertas enfermedades y prolonga la esperanza de vida. Este proceso es inducido de manera natural a través del ayuno intermitente y de la práctica de avtividad física.
La realización de ejercicio aeróbico de intensidad moderada de 30 a 60 minutos en este ambiente de ayuno favorece la oxidación de lípidos, la disminución de los triglicéridos intramiocelulares, la grasa visceral y del colesterol LDL, en comparación con los beneficios del ejercicio realizado en ambiente postprandial (después de comer).
Claro está que, antes de iniciar un proceso de estas características, lo oportuno es consultar con un nutriólogo.
Durante el ayuno, condición en que los niveles de insulina están bajos, la captación de glucosa por parte del tejido muscular esquelético se reduce al mínimo; situación que privilegia el aporte de glucosa a los tejidos consumidores por excelencia: el sistema nervioso y glóbulos rojos. De esta manera los niveles bajos de insulina, presentes durante el ayuno, corresponde a un poderoso agente lipolítico, lo que favorece la utilización de ácidos grasos libres. Sumado a lo anterior es importante destacar el ritmo circadiano de las catecolaminas, que denotan niveles aumentados de estas durante las mañanas lo que provoca una disminución en la actividad de la lipoproteína lipasa y un aumento de la lipasa sensible a hormona (HLS) en el tejido adiposo, incrementando la movilización y utilización de ácidos grasos libres. El resultado final de esta respuesta neuroendocrina determina una mayor proporción epinefrina/insulina plasmáticas, creando un ambiente marcadamente lipolítico que sustenta la efectividad de realizar actividad física en esta condición.
Existe demasiada evidencia que respalda los beneficios de realizar ejercicio aeróbico de intensidad moderada a intensa en condición de ayuno, esto por distintos factores hormonales, enzimáticos y fisiológicos que resultan en una mayor oxidación de lípidos. Además de esto la evidencia respalda que la realización de actividad física en estado de supresión de carbohidratos favorece la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina, fundamental para pacientes que tienen síndrome metabólico.
Es importante recalcar que el entrenamiento y tipo de ejercicio a realizar debe ser acorde al objetivo que se busque, además hay personas que no toleran bien las actividades en ayuna, por lo que la planificación y objetivos del entrenamiento deben ser individualizados.